Las ratas y sus enfermedades
Las ratas y otros roedores pueden transmitir muchas enfermedades a través de la saliva, la orina o la materia fecal. Hoy las ciudades modernas han sido el refugio de estos animales debido a que la oferta de comida para su alimentación es mayor y más fácil, además de que su ciclo sexual es muy corto y se reproducen a una velocidad de 21 días de ciclo.
Los restaurantes, las panaderías, los depósitos de granos por decir lugares comunes son sitios en donde las ratas consiguen alimento fácil, ni que decir los basurales y lugares poco higienizados, depósitos, y mataderos de bovinos, porcinos y ovinos. La rata se puede alimentar hasta de restos de papel, maderas, y diversos materiales que enviamos a deshuso en galpones y habitaciones.
Mencionaremos algunas enfermedades:
- Leptospirosis se transmite por la orina de ratas y por todos los lugares que tocan sus patas. Produce una enfermedad multiorgánica, a veces grave que puede llegar a comprometer la vida (abortos). La enfermedad de Weil es una forma especialmente grave de leptospirosis con altísima mortalidad pero que se presenta solo en el 10 % de los casos. Nunca beber una lata de cerveza sin haberla limpiado.
- La triquinosis es una enfermedad parasitaria difícil de tratar que produce un parásito que se aloja en músculos, las ratas que comen restos de animales luego la ofrecen en sus materias fecales y la van multiplicando en animales porcinos que se alimentan de basurales y chiqueros. La carne de esos cerdos mal procesada o casi cruda la transmite luego al hombre.
- Las Tenias o lombrices intestinales que se adquieren cuando las ratas se alimentan de materias fecales y deponen sus huevos en alimento que ingerimos crudos: así como la hidatidosis que se transmite por ratas que comen vísceras y que son comidas por cerdos en chiqueros y basurales.
- La toxoplasmosis es transmitida por las ratas a los animales domésticos y de ellos al hombre. Produce abortos, ceguera, y otras afecciones menores.
- El Hanta virus es transmitido en el campo a través de sus deyecciones en la leña que se recoge a mano, en la saliva que dejan al comer o rondar por alimento e ingresa al organismo por inhalación o vía digestiva.